En estas semanas estamos aprendiendo a vivir en la “nueva normalidad”. Ahora que se ha levantado el confinamiento, los profesionales de la salud mental estamos observando que toda esta situación, tanto la propia enfermedad, como las medidas de confinamiento y la preocupación por el futuro económico y laboral, están provocando algunas secuelas a nivel psicológico, no solo en aquellas personas que ya presentaban sintomatología emocional y ahora ven acentuados sus síntomas, sino también en personas sin alteraciones previas.
Reacciones fisiológicas
-Alteraciones en el sueño -Taquicardias -Dolor de cabeza
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Reacciones cognitivas
-Pensamientos recurrentes (rumiaciones) -Falta de concentración -Sensación de irrealidad
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Reacciones emocionales
-Miedo -Tristeza -Inseguridad
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Reacciones conductuales
-Conductas compulsivas -Conductas de evitación -Alteraciones en la alimentación
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Si estos síntomas se observan en los primeros días o incluso primeras semanas, debemos entender que forma parte del proceso natural de adaptación a una nueva situación, pero si se alarga más en el tiempo o el síntoma es muy limitante para la persona en su día a día, sería conveniente consultar con un profesional.
A continuación os comentamos algunas estrategias para facilitar una adaptación eficaz a esta nueva forma de vida:
En la medida de lo posible, planificar “la vuelta”: trabajo, estudio, obligaciones y rutinas…
-Planifica las tareas por orden de importancia
-Informarte del lugar al que vayas a volver: los horarios, los nuevos protocolos, qué es lo que ha cambiado…
-Invierte tiempo, para ganar tiempo
Toma conciencia: reconoce y expresa tus emociones
-Normaliza lo que sientes, se trata un nuevo cambio al que adaptarte, como ya te ha ocurrido en otras ocasiones y es lógico que implique malestar.
-Date permiso para sentirte mal y expresa tus emociones siempre que lo necesites
-Se consciente de que retomar las distintas actividades se realizará poco a poco y necesariamente exigirá algunos cambios en los hábitos
Mantén el autocuidado: qué haces para cuidar tu mente, tu cuerpo, tus relaciones, tus emociones…
-Reserva tiempo para ti y para realizar aquellas actividades que te aporten bienestar (leer, hacer deporte…)
-Descansa lo suficiente y cuida la alimentación
-Recupera el contacto personal, cumpliendo con las medidas de protección recomendadas en cada momento
La situación es delicada, tenemos que aprender a convivir con la incertidumbre y adaptarnos en poco tiempo, pero confía en ti y ten presente que, en estas circunstancias, estás haciendo todo lo que está en tu mano.
Autoras/Psicólogas: Nazaret López Fernández y Mariana Rodríguez Groba