A lo largo de la historia, cada comunidad ha marcado lo que considera normalidad, ser normal, en cuanto al aspecto físico, los valores por los que guiarnos… y se nos ha inculcado la creencia de que cuanto más nos acerquemos a esos estándares, más probable es que seamos aceptados.
La cuestión es que cada persona tiene unas características que le distinguen de los demás y le hacen único, cuando tratamos de ocultarlas, de negarlas, nos estamos rechazando a nosotros mismos, destruyendo nuestra autoestima y llenando nuestra vida de inseguridad, miedo, frustración y ansiedad.
Necesitamos aceptarnos y valorar aquello que nos hace distintos. Por eso es tan importante que, como adultos, entendamos y ayudemos a entender a los niños que ser diferentes no sólo es ¨lo normal¨, sino que además, es lo que enriquece a cualquier sociedad.
En este sentido, queremos compartir el cortometraje ¨Nobody is normal¨, dirigido por Catherine Prowse para la organización benéfica infantil Childline del Reino Unido, una línea directa de 24 horas que ayuda a los niños a afrontar el acoso, el abuso o la educación sexual.
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